Por: Guido Sánchez Santur
Han pasado 25 años desde
que Trujillo me acogió con su señorialidad y opulencia. Venía de laborar en los
diarios El Tiempo y Correo de Piura, cuando en 1993 la empresa editora La
Industria de Trujillo me convocó como reportero gráfico y en 1995 fui
comisionado para cubrir el conflicto bélico del Alto Cenepa (entre Tumbes y
Amazonas), conjuntamente con Walter Castillo.
Un año antes ya había propuesto
crear la sección Eco-turismo, acogida con beneplácito por la entonces gerente
general Isabel Cerro de Burga y en la que abordé asuntos mediombientales y de
turismo, tema este último que sigue ocupando una página semanal en este diario.
Gracias a esta iniciativa dejé el área de Fotografía -que compartí con los
maestros Américo Barriga y Jorge “Flaco” Roca- y pasé a la Redacción sin soltar
mi cámara Nikon.
Caricatura de Mario Cgumpitazi
También dimos cabida al
concurso de áreas verdes “Juntos por Trujillo” que facilitó la conjunción de
esfuerzos entre la municipalidad y la comunidad en aras mejorar el ornato y el
embellecimiento de la ciudad.
En
2012 accedí a la beca Internews y O Eco en Rio+20 para participar en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible Rio+20 (Brasil), a la misma postularon 300 comunicadores de
todo el mundo y fuimos seleccionados 20. A este evento concurrieron más de 100 jefes
de Estado y cerca de 50 mil personas, entre líderes medio ambientales,
investigaciones y científicos.
En 2013 publiqué mi
libro “Más allá de los destinos”, una compilación de crónicas y reportajes de
viajes, ilustrados con fotografías de mi autoría, producto de mi recorrido por
distintos pueblos del país.
En este trayecto profesional recibí muchos reconocimientos de
instituciones públicas y privadas por mi labor profesional, pero lo más valioso
compartido al lado admirables personalidades con quienes cultivé una reconfortante
e inquebrantable amistad.
A ellos y a los directivos del diario La Industria, ahora que he tomado
la decisión de hacer un alto a mis jornadas cotidianas y dar un giro en mi itinerario
de vida, expreso mi más ferviente gratitud. Dejo la sala de redacción de uno de
los diarios de provincias más importantes del país con la natural nostalgia y
con la firme convicción de que aporté lo mejor de mis capacidades y me nutrí de
su tradición. Gracias, Gracias, Gracias….