23/7/07

PREMIO A TÚCUME

Premio para proyecto de sensibilización en Túcume
Educación y turismo,
un reto pendiente


Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com

Una de las deficiencias de los proyectos arqueológicos, en general, es el contacto directo y la inserción de la comunidad en los procesos de desarrollo turístico, debilitando su identidad y su compromiso en la conservación del patrimonio cultural e histórico. En este contexto es loable el programa de educación para la conservación que se desarrolla Túcume (Lambayeque).
Túcume una experiencia de apropiación social del patrimonio cultural en el Valle de las Pirámides-Lambayeque- es la iniciativa que ganó, por unanimidad, el premio latinoamericano Somos Patrimonio otorgado por el Convenio Andrés Bello, el mismo que se impuso entre 128 experiencias de gestión cultural presentadas por varios países.
Los impulsores del proyecto son la directora del Museo, Bernarda Delgado, y el director fundador, Alfredo Narváez, con el respaldo del INC-Lambayeque, la Fundación Backus, el Patronato de Túcume, la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Gobierno Regional, la municipalidad distrital, los museos Bruning de Lambayeque y Sicán de Ferreñafe, los centros educativos, artesanos y la población.
Alfredo Narváez sustenta que desde el inicio de las investigaciones, en 1998, en el Proyecto Arqueológico Túcume se estableció un fuerte vínculo con la comunidad, cuyo ingrediente más importante es el educativo, que motiva, impulsa y fortalece los sentimientos de identidad cultural, a través del cual se logró un gran cambio de actitud de los pobladores. Un año después se siente el impacto de la iniciativa en el desarrollo local y los pobladores garantizan la sostenibilidad en este largo proceso sobre la base de la conservación de su patrimonio cultural y natural.
El trabajo científico se orientó hacia una acción educativa en la comunidad, la misma que participó en las excavaciones arqueológicas (más de 100 familias) y recibió cursos de capacitación (a estudiantes y docentes), aunado a la sensibilización dirigida a las autoridades locales.
Desde 1992, se gestionó la construcción del Museo de Sitio para dar continuidad al programa científico y apostar por la conservación del patrimonio con criterios de sostenibilidad. La estrategia consistía en que el Museo se convierta en la bisagra o puente entre las excavaciones con apoyo externo y la consecución de recursos propios para liderar el desarrollo cultural de la comunidad. La construcción terminó en 1993 con patrones arquitectónicos y materiales tradicionales: adobe, caña brava, barro y madera de algarrobo, especie característica de los bosques secos de la costa norte del Perú. Y aunque dispone de energía eléctrica, está provisto de iluminación natural. La museografía incluyó los resultados de la investigación arqueológica y la cultura viva como vínculo del pasado con el presente. Esta es la razón de la sala Mil años de tradiciones tucumanas en la que se aprecia una cocina, vajilla, dieta, textilería y religiosidad.
Aquí se explica didácticamente el origen de las pirámides, la historia del legendario Naymlap y su descendencia, una síntesis de la historia universal de la época, contemporánea con la agitada vida en Túcume. Además, encontramos información de los descubrimientos en Huaca Larga, Templo de la Piedra Sagrada, Huaca El Mirador, Cerro El Purgatorio y los sectores de Vivienda. Destaca el arte mural plasmado en extraordinarias muestras de relieves en la Huaca de Las Balsas, que representa a remeros míticos: aves y hombres ave en embarcaciones de totora rodeados de peces, aves y cuerpos humanos de formas ondulantes con rostro de ave y penachos simbólicos. Ello nos acerca al mítico Naymlap o Ñam La (Ave del agua).
En el museo se desarrollan labores de investigación, preservación y conservación de este legado, con incidencia en las tradiciones orales campesinas, lo que se complementa con talleres de sensibilización y capacitación a escolares, profesores, artesanos, prestadores de servicios de transporte, formación de guías locales, restaurantes y organizaciones diversas.
Para dar continuidad y soporte local a este cometido, en 1999, el museo promovió la creación de la Asociación para la Conservación del Patrimonio y el Desarrollo Turístico de Túcume (Acodet), integrado por la Municipalidad, la Gobernación, el Club de Turismo (que aglutina a jóvenes) y docentes. Sus objetivos se orientan a cuatro áreas: investigación y conservación, educación, promoción y difusión y regulación de servicios turísticos.
EDUCACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN
En 1998, con la asesoría de la portorriqueña Yolanda Maldonado, se trabajó con los maestros, estudiantes de primaria y secundaria del distrito, incorporados por el Museo a diferentes actividades para establecer de manera conjunta, los lineamientos del programa educativo que comprendió talleres de sensibilización, información, capacitación y validación; así como 18 publicaciones en temas de identidad, arqueología, iconografía, conservación del patrimonio natural y cultural, cuyo impacto positivo se aprecia en el cambio de actitud de la colectividad y en la utilización abierta y orgullosa de los íconos y símbolos representativos de la cultura local.
A finales de 2005, la directiva de Acodet entregó a los 3,800 escolares de los 27 planteles, tres cuadernos interactivos (arqueología, conservación, tradiciones y costumbres) y el libro de narraciones El vuelo del Ave Mítica.
Ahora todos los colegios del lugar usan la iconografía ancestral y recrean presentaciones y/o concursos internos sobre esta temática. Recientemente, el Museo publicó el primer Manual Iconográfico de Túcume y la Cultura Lambayeque, tras dos años de estudio, sistematización y validación. Este texto es de consulta obligada de profesores, estudiantes y artesanos.
Estos proyectos ayudaron a incorporar a la comunidad en los planes de desarrollo turístico cultural y se elaboró la matriz de planificación, cuyos componentes principales fueron: educación, mejoramiento de la infraestructura turística, señalización del área arqueológica, vías de acceso y publicación de material promocional de Túcume. Además, cursos de artesanía (cerámica, estampado, textilería y confección de máscaras, así como la sensibilización e información sobre los resultados de la investigación científica).
Acodet suscribió un convenio con Promperú y la municipalidad de Túcume para continuar la capacitación, promoción, señalización, rescate y restauración de la casa del sabio matemático Federico Villarreal, donde funciona el Centro de Información Turística, con una pequeña biblioteca.
Antes de 1998, la artesanía se limitaba a la textilería, por lo que fue necesario rescatar y reinsertar las antiguas técnicas de cerámica, repujado, orfebrería y teñido en reserva; asimismo, fortalecer las existentes e introducir otras (papel hecho a mano), que daría nuevas oportunidades de trabajo. Ello hizo de esta actividad una de las experiencias más exitosas del proyecto.
En 2003 el grupo Axis Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú en coordinación con el Museo y con apoyo del Banco Mundial ejecuta el proyecto Reconstrucción del vínculo cultural prehispánico con la sociedad actual de Túcume, mediante la aplicación de la iconografía prehispánica en los productos artesanales modernos. Las actividades se centraron en talleres de repujado en lámina metálica, orfebrería y teñido en reserva. Con financiamiento de Aeci se fortaleció la identidad cultural de los docentes y estudiantes y se incluyó en la currícula escolar secundaria, la enseñanza de las técnicas artesanales ancestrales, como carreras artesanales técnicas en el área de educación para el trabajo, a través de talleres de encuadernación, tintes naturales, cerámica, papel hecho a mano, cursos de validación de guías, producción artesanal y manuales de diseño.
Con todo este bagaje, la comunidad ya participa en ferias y exposiciones regionales, nacionales y en el extranjero (Brasil y Colombia). Inclusive, los artesanos capacitan y forman en los centros educativos y otras instituciones, promoviendo el amor a lo nuestro y fortaleciendo la identidad cultural.
Desde 2002 fue instalado un pequeño vivero con plantas propias de los bosques secos de la costa norte del Perú, medicinales y ornamentales, donde los estudiantes participan en labores de reconocimiento y manejo de la flora y fauna, creando un cerco verde que proporciona un paisaje agradable al entorno del museo. Y mediante un acuerdo con el Inía se habilita biohuertos escolares.
Con el Club de Turismo, el Museo organiza el festival y concurso anual de la danza: Los Diablicos de Túcume, muestra de un teatro religioso heredado desde el siglo XVIII y asociado a la festividad de la Purísima Concepción, patrona del distrito. También se promueve el concurso de Tradiciones de mi pueblo, cuya primera versión fue publicada en un libro editado por Promperú, con textos ganadores en varias categorías.
La Asociación de Artesanos con apoyo del empresariado promueve el festival del Tondero, en el marco de la fiesta patronal del pueblo. Y con auspicio de la Pontificia Universidad Católica del Perú se ejecuta un proyecto de Investigación de la Historia y geografía de Túcume, desde el siglo XVI.
Para los promotores de esta propuesta, la clave en la conservación del patrimonio es la participación de la comunidad, a través de la educación y el beneficio directo e indirecto con la gestión de este recurso. En este contexto el turismo constituye una herramienta importante, no sólo de desarrollo económico, sino de revaloración y protección de valores patrimoniales que podrían perderse. Además de mejorar las condiciones de vida. Eso ha hecho del Museo una institución competitiva, en los últimos años, pues los ingresos cubren los gastos y dejan un excedente.
EL PREMIO
El proyecto Túcume una experiencia de apropiación social del patrimonio cultural en el Valle de las Pirámides de Túcume; presentado por El Museo de Sitio de Túcume obtuvo el premio en la categoría Organización Mixta, en base a sus valores: de creación y gestión comunitaria del Museo como centro activo de convocatoria para que la población local y regional rescate sus valores patrimoniales y los incorpore a su vida cotidiana. El fomento a la apropiación de la comunidad en el uso y manejo de su patrimonio material e inmaterial y la creación de nuevas formas de expresión desde sus raíces. Y la posibilidad de réplica de esta experiencia, que partiendo de la habilitación de un sitio arqueológico para su adecuada preservación y presentación, se convierta en un medio para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El incentivo de 20 mil dólares entregado será utilizado para continuar el programa, considerado el único entre los museos del Perú, en el que destaca el proyecto radial que tendrá sede en el Museo Túcume y se dedicará a los temas de patrimonio y desarrollo, así como a la difusión de esta experiencia.
Asimismo, se destinará a cursos y talleres para alumnos y profesores sobre el manejo, tratamiento y preservación de las evidencias culturales y naturales. A la preparación, edición y publicación de un libro que sistematice la experiencia de Túcume, como modelo de gestión comunitaria del patrimonio natural y cultural con contenidos locales para la currícula de los centros educativos, replicable en otros centros culturales-turísticos del país. El diseño y elaboración de CDs y vídeos promocionales e informativos.
La promoción turística atraerá más visitantes y contribuirá al mejoramiento y consolidación de Túcume como uno de los destinos culturales-turísticos más importantes del norte peruano.
El Convenio Andrés Bello favorece el fortalecimiento de los procesos de integración y la configuración y desarrollo de un espacio cultural común. Busca generar consensos y cursos de acción en cultura, educación, ciencia y tecnología, con el propósito de que sus beneficios contribuyan a un desarrollo equitativo, sostenible y democrático de los países miembros de la Comunidad Andina (CAN).
Este galardón obtenido por el Museo Túcume se suma al premio Hexágono de Plata, que le otorgó el Colegio de Arquitectos del Perú, por el uso de materiales locales y conceptos propios del patrimonio arquitectónico lambayecano que lo convierten en una obra especial, distinta y única, que reivindica la cultura ancestral.
El objetivo de este premio es reconocer a aquellas experiencias destacadas que trabajen por valoración, conservación, rescate, preservación y divulgación de los procesos de apropiación del patrimonio cultural y natural como fuente esencial en la conformación de las identidades nacionales.
MAS DATOS
La BBC de Londres realizó una película documental de 72 minutos sobre la arqueología de Túcume para la televisión mundial, alimentada con información científica del proyecto de investigación, cuya difusión permitirá un incremento notable del interés del turismo internacional en el norte del Perú. En esta producción participaron actores profesionales, 120 extras y el equipo científico.

LOS PÁRAMOS

Ciudades costeras amenazadas
El cambio climático
y las fuentes de agua


Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com

Oscar Cicconi es un reconocido psicoterapeuta argentino, nacionalizado peruano, y Claudia Dammert, su esposa, una connotada actriz nacional, protagonistas de varias películas, telenovelas e incontables obras de teatro. Ambos abandonaron Lima, la capital de Perú, donde residían y, curiosamente, se trasladaron a un alejado pueblo andino, a la sombra de los nevados de la Cordillera Blanca (Huaripampa, en la región de Ancash) al norte del país, donde aparentemente no existen posibilidades de desarrollar sus capacidades profesionales ni las mínimas condiciones de confort.
- ¿Qué hacen acá, sino tienen agua potable, alcantarillado, energía eléctrica ni siquiera una buena carretera para llegar o salir con prontitud; es decir, ninguna de las comodidades que provee la ciudad?
- Esa es una percepción equivocada. Acá tenemos todo, nos consideramos las personas más ricas del mundo -aunque las estadísticas nos registran como una familia de extrema pobreza- pues tomamos el agua más pura, directamente del manantial, respiramos un aire sin contaminación, vivimos en medio de la naturaleza, alejados del estrés de las ciudades por la polución y la congestión vehicular. Pero, sobretodo, con frecuencia nos entrenamos en supervivencia, salimos a caminar en las noches sin antorchas ni linternas. Necesitamos estar preparados porque en los próximos años el trabajo será en las noches, pues el fuerte calor del día dificultará significativamente las actividades humanas.
Bastante precavidos para haber tomado esta decisión hace 15 años. Esto demuestra que existen personas que sí se toman en serio los efectos del cambio climático. Es que las evidencias son tangibles y las cifras alarmantes, según los científicos, entre 1961 y 1990 la temperatura promedio del planeta pasó de 0,5 a 14,5 grados centígrados; mientras que el promedio del nivel del mar ascendió de -150 mm. a 50 mm. es decir, subió aproximadamente 20 centímetros.
Esta no es una profecía, es una realidad que la viven en carne propia los pobladores de los balnearios Las Delicias y Huanchaco en la provincia de Trujillo (región La Libertad, en el Perú), cuyas extensas playas se redujeron en 20 metros, mientras que en Buenos Aires la municipalidad distrital construye una malecón para proteger a las familias ribereñas que los últimos años empezaron a sufrir los azotes de los maretazos, algo que no ocurría en las últimas décadas.
Según los ecólogos, muchas ciudades costeras desaparecerán -sobretodo las que están a menos de un metro sobre el nivel del mar- a medida que el nivel de éste se acreciente, a causa del descongelamiento de las grandes masas de hielo en los polos Norte y Sur (Ártico y Antártico). Además de los cambios bruscos de temperatura que alteran la vida de las personas.
Sin embargo, los pobladores de las zonas más altas también son testigos de los efectos del calentamiento global. Aún no acaban de comprender por qué los nevados Huascarán, Pastoruri, Hatun Raju y otros más pequeños, en la región Ancash, están perdiendo espacio en forma acelerada, es decir que se está derritiendo.
Si tenemos en cuenta que aquí nacen los riachuelos y quebradas que dan origen a los caudalosos ríos que alimentan de agua dulce a la costa (para consumo doméstico y agrícola), ésta es otra amenaza para las poblaciones por la escasez que se avecina. En la ciudad de Trujillo, con casi un millón de habitantes, el 60 por ciento del agua potable proviene de la plata de tratamiento que es suministrada por el río Santa, cuyo mayor caudal viene de aquellos nevados.
PÁRAMOS EN PELIGRO
Devert De Bievre, Coordinador Regional del Proyecto Páramo Andino (Conservación de la Diversidad en el techo de los Andes) que se desarrolla en Perú, explica que no sólo los nevados son importantes fuentes de agua dulce, pues similar función tienen los Páramos que tampoco escapan a las secuelas del aumento de la temperatura global, además del sobre pastoreo, la ampliación de la frontera agrícola y la quema de los pajonales.
Tanto el sobre pastoreo como las quemas contribuyen a formar capas compactas en el suelo que convierten en impermeable el nivel superior del suelo, impidiendo la filtración del agua. Además, al no haber vegetación, esa tierra queda más expuesta al sol y es vulnerable a la erosión hídrica y eólica.
Estos ecosistemas se desarrollan en las cumbres de los Andes tropicales, desde los 2900 y 4700 m.s.n.m y constituyen grandes colchones de agua, gracias a las especiales condiciones de temperatura (neblina y frío constante) que durante el año no sufre variaciones, pero sí entre el día y la noche. Se caracterizan por la nubosidad y la presencia de una diversidad biológica y un alto grado de endemismo en el mundo. Destacan la vegetación herbácea con arbustos y árboles de poca altura, las mismas que están adaptadas a la fuerte radiación.
La alta humedad y la alta incidencia de neblinas nocturnas permiten que al amanecer las plantas queden cubiertas de agua, que chorrea hasta el suelo por la condensación, dando lugar la formación de riachuelos y pequeñas lagunas.
En América Latina tenemos 3 millones 530 mil 338 hectáreas de páramos que se extienden desde Venezuela (398,698 hectáreas), Costa Rica (8 mil hectáreas), Colombia (un millón 443 mil 25 hectáreas), Ecuador (un millón 266 mil 217 hectáreas y el Perú (420 mil hectáreas).
Luís Albán, miembro de la Red Latinoamericana de Recursos Genéticos Forestales, sostiene que en Perú, los Páramos básicamente se ubican en el norte (al sur, desde la Cordillera Blanca, son los glaciares los que producen el agua) y la mayor extensión está entre Piura y Cajamarca, especialmente en el Parque Nacional de Tabaconas. Este es un espacio altamente amenazado, pues el 40 por ciento está transformado, el 30 por ciento ha sido modificado y la diferencia aún se encuentra en estado natural.
Los páramos no sólo producen alimentos como la papa y otros tubérculos andinos que combaten el hambre mundial, sino que en sus bosques acumulan significativas masas se agua que sacian la sed de las ciudades de las partes bajas, por eso en Quito (Ecuador) y Bogotá (Colombia) las empresas de saneamiento compran tierras en las zonas de producción de agua, como una estrategia orientada a conservar estas fuentes.
Los Páramos en mayor peligro son los de Colombia que posee el 68 por ciento de los que existen en el planeta, cuyos ecosistemas más húmedos están en Chingaza y Sumapaz con la mayor biodiversidad y un nivel de endemismo infinitamente superior. Estas condiciones naturales hacen que éste sea el país con más ríos respecto del continente africano, y con reservas hidroeléctricas estimadas en casi 90 mil megavatios.
Los especialistas colombianos sostienen que el aumento de la temperatura afecta en mayor incidencia a los Páramos, por ello sostienen que los estudiosos se deberían preocupar de estos antes que de los litorales y costas, puesto que a raíz de este fenómeno han cambiado los patrones de distribución de las lluvias y otras variables climatológicas.
Con la desaparición de los Páramos se secarían las microcuencas que abastecen de agua las ciudades y los campos de cultivo, además de la pérdida irreversible de la biodiversidad. Entre las especies amenazadas en el Perú tenemos al tapir del páramo o pinchaque o gran bestia, un animal adaptado al clima frío y con pelambre lanosa. Es una especie muy rara y una de las más amenazadas de la fauna peruana, que necesita de protección total. Se alimenta de gramíneas y arbustos, refugiándose en los matorrales.
Asimismo, el conejo silvestre, el venado colorado del páramo, el pudú o sachacabra (venadito pequeño que no supera los 40 centímetros de altura), la musaraña (único mamífero del orden de los insectívoros existente en el Perú), entre otros.
Pero lo más importante es que la vegetación del páramo es una enorme esponja que absorbe la gran cantidad de humedad producto de la lluvia y la niebla que caracterizan esta zona. Esto permite la constante disponibilidad de agua a lo largo del año, favoreciendo a miles de habitantes de centros poblados y zonas agrícolas de las partes más bajas. Sin embargo, la falta de conocimiento de la importancia de su protección lo ha convertido en uno de los ecosistemas más vulnerables del planeta. Otra amenaza, más allá de las mencionadas, está también en la minería, pues en la parte peruana en ese ámbito se han concesionado varios denuncios mineros, cuya explotación es inminente.
¿CALENTAMIENTO GLOBAL?
Los científicos estiman que la acumulación atmosférica de gases producto de la combustión de petróleo, gas y carbón (como el dióxido de carbono) está elevando la temperatura planetaria, que podría subir entre 1,3 y dos grados en 100 años. Esto derretirá hielos, elevará el nivel de los mares, provocará sequías o lluvias más intensas y modificará el hábitat de animales y plantas, además de la propagación de ciertas plagas, como el dengue, la malaria, etc.
El Protocolo de Kyoto sólo obliga a 35 naciones industriales a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a volúmenes de 5,2 por ciento inferiores a los de 1990, con plazo en 2015. Pero los científicos alertan que tan modesta meta es insuficiente para mitigar las modificaciones climáticas ya desatadas.
El Polo Norte es el que más está padeciendo las consecuencias del cambio climático, por su cercanía a países como Estados Unidos, que ocupa el primer lugar en la producción de altas emisiones, principalmente dióxido de carbono, metano y oxido nitroso, junto a Canadá y Rusia según el informe del Fondo Mundial para la Naturaleza.
El Protocolo de Kyoto, aceptado por una gran mayoría de países con excepción de Estados Unidos, ha desarrollado mecanismos flexibles para controlar las emisiones basándose en tres estrategias: el comercio de emisiones, la implementación conjunta y la generación de mecanismos de desarrollo limpio.
Frente a esta evidente amenaza que experimenta la humanidad sólo quedan dos alternativas: disminuir la emisión de gases que alientan el calentamiento global, a fin de amenguar sus efectos, lo cual es bastante difícil; o entrenarse para adaptarse a las nuevas circunstancias como ya lo están haciendo Oscar y Claudia en las alturas próximas a los nevados de la Cordillera Blanca Peruana. Esta es una reacción natural, propia de la capacidad de adaptabilidad de los humanos como ocurrió a lo largo de la historia.
 

Featured

Peru Blogs