• Impacto preocupa a los científicos del mundo entero
Cambio climático y biodiversidad
• Dos especialistas trujillanos embarcados en proyecto de monitoreo de la Unesco
Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
Aunque la ciudadanía carece de una conciencia clara del peligro que conlleva el cambio climático a causa del calentamiento de la Tierra, la mayoría sí tiene alguna idea de esta situación. Los mejor informados saben que este fenómeno se manifiesta a través de la deglaciación o los deshielos en los nevados y en los polos Artico y Antártico, con el consecuente incremento del nivel del mar y los desórdenes atmosféricos.
Las causas son el aumento del consumo de combustibles fósiles (petróleo, gasolina) y la liberación de gases a la atmósfera que ocasionan serias alteraciones en la capa de ozono, conllevando al aumento de la temperatura (Calentamiento Global/Climático).
El problema no acaba ahí. La alteración de los ecosistemas influye en el comportamiento de las especies vegetales y animales (las ranas, mosquitos, plantas, pájaros, etc. están cambiando sus hábitos en las últimas décadas).
Estos hechos no son aislados, representan las huellas y señales que los seres vivos experimentan al cambio global térmico. Camille Parmesan, de la Universidad de Texas y Austin y Gary Yohe de la Universidad de Wesleyan examinaron los datos de más de 1,700 especies de plantas y animales para valorar este impacto.
Ambos investigadores establecieron que existe un desplazamiento global promedio de las especies de 6.1 Km. por década hacia los polos, debido al incremento gradual de la temperatura media de la superficie terrestre. Mientras que los hechos que caracterizan a la Primavera (migraciones de pájaros, puesta de huevos, etc.) ocurren 2.3 días antes cada década. Según las guías y sugerencias del Intergovernmental Panel on Climate Change, el cambio climático ya está afectando a los sistemas de vida del planeta.
Las especies más sensibles que viven en latitudes altas se ven fuertemente afectadas, puesto que los incrementos de temperatura son más intensos que en otros lugares. El impacto es directo o indirecto, alterando la biodiversidad en los ecosistemas y provocando, incluso, la extinción de vegetales o animales, además de reducir las fuentes de agua dulce.
EXPERIENCIA PERUANA
Esas observaciones se realizaron en ecosistemas europeos. En el Perú se desarrollan desde el año pasado en la Cordillera Blanca, dentro del Parque Nacional Huscarán (Ancash), como parte del Proyecto Gloria (Global Observation Research Initiative in Alpine Enviroments), una iniciativa para la investigación y el seguimiento global de los ambientes alpinos, con el auspicio de la Unesco.
Esta labor está a cargo de los biólogos trujillanos Jorge Miguel Leal Pinedo y Jorge Daniel Casana Araujo, quienes se trasladaron a esta cadena montañosa, donde hay una diversidad de glaciares, lagunas y ríos (afluentes de los ríos Santa, Pativilca y Marañón) que nutren de agua a las cuencas hidrográficas del Pacífico y del Atlántico.
Leal Pinedo sostiene que el ecosistema de alta montaña, es el más afectado con estos cambios acelerados, puesto que su composición original es alterada por algunos factores humanos.
La alta montaña, es un ecosistema único, cuya biodiversidad se relaciona con el clima de las zonas más elevadas y con marcados niveles de endemismo. Sin embargo, debido a los procesos climáticos se produce el desplazamiento de las plantas en su área de distribución, poniendo en peligro su supervivencia, a largo plazo.
La comunidad científica está abocada a un proceso de observación a largo plazo que permita conocer los cambios en el ecosistema de alta montaña, basado en la toma de datos físicos (temperatura) y biológicos (plantas vasculares), como indicadores básicos de estudio.
El proyecto Gloria constituye un planteamiento que nos aproxima al estudio de las cimas, en base a las experiencias de Europa y Asia, que han dado respuesta a muchas interrogantes acerca de los efectos del cambio climático en las mayores altitudes.
Casana Araujo, precisó que el objetivo es establecer zonas de observación en las reservas de biósfera e integrarlas a la red del proyecto, por su importancia ecológica mundial y con un interés particular en América del Sur.
En una primera etapa de cuatro meses se identificaron zonas piloto que se caracterizan por su geología, uso de la tierra, accesibilidad y altitudes que oscilan entre los 4500 y 4900 m.s.n.m. El Parque Nacional Huascarán presenta los rangos altitudinales más altos en comparación con Europa o América, lo cual implica que esta área mostrarán los primeros efectos del cambio climático.
Leal Pinedo detalló que las evaluaciones en 2 de las 4 zonas identificadas permitió listar 75 especies vegetales (en su mayoría hierbas, de las cuales cinco son endémicas, es decir que están en peligro de desaparecer) que caracterizan la región altoandina, así como rangos de temperatura que, para el estudio, constituyen la columna vertebral del Proyecto Gloria.
Estas se ubican en Conchucos, el lado oriental de la Cordillera Blanca, donde se instalaron sensores que captan la temperatura cada hora y la van almacenando en un chip que será recogido dentro de cuatro años a fin de verificar las variaciones experimentadas. Ello implica un seguimiento o monitoreo a largo plazo. Los resultados serán llevados a la Universidad de Viena (Austria), la central del proyecto.
Con las primeras observaciones se elaboró la línea base del ecosistema de alta montaña en la Cordillera Blanca, cuyos datos serán contrastados con los que se obtengan en las posteriores evaluaciones programadas a largo plazo.
“Es importante que nuestro país forme parte de la red mundial para la observación de los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad de alta montaña, ya que de esta manera contribuimos a resolver muchas de las interrogantes acerca de este proceso. En el futuro, se establecerán otras zonas de observación, a lo largo de los andes peruanos, ampliando la zona de evaluación y caracterización de esa vegetación”, puntualizó el biólogo Casana Araujo.
El estudio se centra en las plantas vasculares (con flores, capaces de extraer su alimento del fondo de la tierra), a través de las cuales se observa los cambios producidos. Una hipótesis sostiene que podrían aparecer en estas altitudes plantas de climas cálidos, y las propias de esa zona desaparecerían, mutarían o se desplazarían a mayores alturas. Por eso, las investigaciones se centran en sectores no alterados por la presencia humana o de animales domésticos. Posteriormente se estudiaría los líquenes, musgos y hongos (criptógamas o que no tienen flores), en las que los cambios climáticos son distintos a las vasculares.
Leal advierte que dentro de cinco años podría desaparecer el nevado Pastoruri, no solo a causa del calentamiento global, sino también por la excesiva carga turística.
Estas investigaciones científicas nos darán mayores luces sobre el peligro que se cierne sobre el planeta Tierra y los efectos desastrosos para los ecosistemas.
Para salvar nuestra naturaleza es imprescindible desacelerar el cambio climático, mediante la disminución de las emisiones mundiales de gases y con el único instrumento internacional existente: Convenio de Cambio Climático de Naciones Unidas y su Protocolo de Kioto. Es urgente que todos los países ratifiquen y apliquen este protocolo a la brevedad. Lamentablemente nos enfrentamos a la reprobable e insolidaria negativa de EE.UU.
MONITOREOS EN EUROPA
El Proyecto Gloria-Europe empezó en los Alpes del Pirineo Central Español, cuyos datos serán comparados con los que se obtengan en la Cordillera Blanca, lo cual permitirá sentar las bases para averiguar en el futuro las posibles modificaciones en la biodiversidad de las montañas a causa del cambio climático, tan visible en los glaciares residuales.Cambio climático y biodiversidad
• Dos especialistas trujillanos embarcados en proyecto de monitoreo de la Unesco
Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
Aunque la ciudadanía carece de una conciencia clara del peligro que conlleva el cambio climático a causa del calentamiento de la Tierra, la mayoría sí tiene alguna idea de esta situación. Los mejor informados saben que este fenómeno se manifiesta a través de la deglaciación o los deshielos en los nevados y en los polos Artico y Antártico, con el consecuente incremento del nivel del mar y los desórdenes atmosféricos.
Las causas son el aumento del consumo de combustibles fósiles (petróleo, gasolina) y la liberación de gases a la atmósfera que ocasionan serias alteraciones en la capa de ozono, conllevando al aumento de la temperatura (Calentamiento Global/Climático).
El problema no acaba ahí. La alteración de los ecosistemas influye en el comportamiento de las especies vegetales y animales (las ranas, mosquitos, plantas, pájaros, etc. están cambiando sus hábitos en las últimas décadas).
Estos hechos no son aislados, representan las huellas y señales que los seres vivos experimentan al cambio global térmico. Camille Parmesan, de la Universidad de Texas y Austin y Gary Yohe de la Universidad de Wesleyan examinaron los datos de más de 1,700 especies de plantas y animales para valorar este impacto.
Ambos investigadores establecieron que existe un desplazamiento global promedio de las especies de 6.1 Km. por década hacia los polos, debido al incremento gradual de la temperatura media de la superficie terrestre. Mientras que los hechos que caracterizan a la Primavera (migraciones de pájaros, puesta de huevos, etc.) ocurren 2.3 días antes cada década. Según las guías y sugerencias del Intergovernmental Panel on Climate Change, el cambio climático ya está afectando a los sistemas de vida del planeta.
Las especies más sensibles que viven en latitudes altas se ven fuertemente afectadas, puesto que los incrementos de temperatura son más intensos que en otros lugares. El impacto es directo o indirecto, alterando la biodiversidad en los ecosistemas y provocando, incluso, la extinción de vegetales o animales, además de reducir las fuentes de agua dulce.
EXPERIENCIA PERUANA
Esas observaciones se realizaron en ecosistemas europeos. En el Perú se desarrollan desde el año pasado en la Cordillera Blanca, dentro del Parque Nacional Huscarán (Ancash), como parte del Proyecto Gloria (Global Observation Research Initiative in Alpine Enviroments), una iniciativa para la investigación y el seguimiento global de los ambientes alpinos, con el auspicio de la Unesco.
Esta labor está a cargo de los biólogos trujillanos Jorge Miguel Leal Pinedo y Jorge Daniel Casana Araujo, quienes se trasladaron a esta cadena montañosa, donde hay una diversidad de glaciares, lagunas y ríos (afluentes de los ríos Santa, Pativilca y Marañón) que nutren de agua a las cuencas hidrográficas del Pacífico y del Atlántico.
Leal Pinedo sostiene que el ecosistema de alta montaña, es el más afectado con estos cambios acelerados, puesto que su composición original es alterada por algunos factores humanos.
La alta montaña, es un ecosistema único, cuya biodiversidad se relaciona con el clima de las zonas más elevadas y con marcados niveles de endemismo. Sin embargo, debido a los procesos climáticos se produce el desplazamiento de las plantas en su área de distribución, poniendo en peligro su supervivencia, a largo plazo.
La comunidad científica está abocada a un proceso de observación a largo plazo que permita conocer los cambios en el ecosistema de alta montaña, basado en la toma de datos físicos (temperatura) y biológicos (plantas vasculares), como indicadores básicos de estudio.
El proyecto Gloria constituye un planteamiento que nos aproxima al estudio de las cimas, en base a las experiencias de Europa y Asia, que han dado respuesta a muchas interrogantes acerca de los efectos del cambio climático en las mayores altitudes.
Casana Araujo, precisó que el objetivo es establecer zonas de observación en las reservas de biósfera e integrarlas a la red del proyecto, por su importancia ecológica mundial y con un interés particular en América del Sur.
En una primera etapa de cuatro meses se identificaron zonas piloto que se caracterizan por su geología, uso de la tierra, accesibilidad y altitudes que oscilan entre los 4500 y 4900 m.s.n.m. El Parque Nacional Huascarán presenta los rangos altitudinales más altos en comparación con Europa o América, lo cual implica que esta área mostrarán los primeros efectos del cambio climático.
Leal Pinedo detalló que las evaluaciones en 2 de las 4 zonas identificadas permitió listar 75 especies vegetales (en su mayoría hierbas, de las cuales cinco son endémicas, es decir que están en peligro de desaparecer) que caracterizan la región altoandina, así como rangos de temperatura que, para el estudio, constituyen la columna vertebral del Proyecto Gloria.
Estas se ubican en Conchucos, el lado oriental de la Cordillera Blanca, donde se instalaron sensores que captan la temperatura cada hora y la van almacenando en un chip que será recogido dentro de cuatro años a fin de verificar las variaciones experimentadas. Ello implica un seguimiento o monitoreo a largo plazo. Los resultados serán llevados a la Universidad de Viena (Austria), la central del proyecto.
Con las primeras observaciones se elaboró la línea base del ecosistema de alta montaña en la Cordillera Blanca, cuyos datos serán contrastados con los que se obtengan en las posteriores evaluaciones programadas a largo plazo.
“Es importante que nuestro país forme parte de la red mundial para la observación de los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad de alta montaña, ya que de esta manera contribuimos a resolver muchas de las interrogantes acerca de este proceso. En el futuro, se establecerán otras zonas de observación, a lo largo de los andes peruanos, ampliando la zona de evaluación y caracterización de esa vegetación”, puntualizó el biólogo Casana Araujo.
El estudio se centra en las plantas vasculares (con flores, capaces de extraer su alimento del fondo de la tierra), a través de las cuales se observa los cambios producidos. Una hipótesis sostiene que podrían aparecer en estas altitudes plantas de climas cálidos, y las propias de esa zona desaparecerían, mutarían o se desplazarían a mayores alturas. Por eso, las investigaciones se centran en sectores no alterados por la presencia humana o de animales domésticos. Posteriormente se estudiaría los líquenes, musgos y hongos (criptógamas o que no tienen flores), en las que los cambios climáticos son distintos a las vasculares.
Leal advierte que dentro de cinco años podría desaparecer el nevado Pastoruri, no solo a causa del calentamiento global, sino también por la excesiva carga turística.
Estas investigaciones científicas nos darán mayores luces sobre el peligro que se cierne sobre el planeta Tierra y los efectos desastrosos para los ecosistemas.
Para salvar nuestra naturaleza es imprescindible desacelerar el cambio climático, mediante la disminución de las emisiones mundiales de gases y con el único instrumento internacional existente: Convenio de Cambio Climático de Naciones Unidas y su Protocolo de Kioto. Es urgente que todos los países ratifiquen y apliquen este protocolo a la brevedad. Lamentablemente nos enfrentamos a la reprobable e insolidaria negativa de EE.UU.
MONITOREOS EN EUROPA
Varias organizaciones no gubernamentales o programas internacionales, como Cipra (Comisión Internacional para la Protección de los Alpes) o European Mountain Forum siguen de cerca el proyecto y esperan poder aplicar los resultados.
La participación de 18 equipos de 15 cordilleras europeas permitió estudiar la flora subalpina y alpina de 72 cimas, desde la Sierra Nevada española hasta los Montes Escandinavos (Suecia y Noruega) y desde Escocia hasta los Urales. En cada una de las 18 zonas piloto se escogieron cuatro cimas, a altitudes determinadas bioclimáticamente de modo que fueran comparables con independencia de la latitud.
El seguimiento es a largo plazo, entre 5 y 20 años, para la observación de las variaciones en las plantas. Mientras que los cambios visibles en el recubrimiento y la estructura de la vegetación podrían detectarse a medio o largo plazo, es decir, entre 20 y 50 años.
El diseño experimental de los sensores térmicos fueron probados, primero en Sierra Nevada y luego en otras cordilleras, lo que facilitó la aplicación concreta al proyecto.
Para determinar si hay o no incremento de la temperatura será necesario esperar al menos veinte años, aunque ya existen algunos resultados previos. El análisis de estos cambios, lo hacen los investigadores con los termómetros instalados, a 10 centímetros bajo tierra, instalado en las cuatro cumbres de Sierra Nevada, con los que se recopila diariamente datos de temperatura, además de la captación de fotografías aéreas a fin de visualizar los cambios en la vegetación.
Este cambio también afecta los animales. Los investigadores han encontrado que el 63% de las mariposas se han desplazado a latitudes más altas entre los 35 y 240 kms. durante el pasado siglo, mientras que solo el 3% lo hizo al sur.
Este desplazamiento forzado de las mariposas está condicionado por la extinción de otras tantas especies de sus lugares de origen, donde las plantas de las que se alimentaban han desaparecido o disminuido.
El informe Global Warming and Species Loss in Globally Significant Terrestrial Ecosystems, de Jay R Malcolm, Canran Liu, Laurie B Miller, Lara Hansen y Tom Allnutt, estima que en menos de 100 años más del 80% de las ecorregiones analizadas sufrirán extinciones de plantas y animales a consecuencia del cambio climático. En muchos casos las extinciones pueden a ser catastróficas.
Muchos hábitats cambiarán a una velocidad aproximadamente 10 veces mayor que la registrada durante los rápidos cambios del reciente periodo postglaciar, causando la extinción de las especies incapaces de emigrar, colonizar o adaptarse a esta velocidad.
DATOS
El financiamiento del Proyecto Gloria proviene del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) y el Departamento of Conservation Biology Vegetation and Landscape Ecology, Universitat Wien-Austria. En el Perú, las coordinaciones están a cargo de la jefatura del Parque Nacional Huascarán (PNH) y la ONG Instituto de Montaña. El proyecto se inició marzo de 2005, con la visita de la comitiva encabezada por Harald Pauli de la Universidad de Viena e investigadores nacionales.
Indicadores que preocupan
- Elevación de la temperatura promedio en 5,8ºC.
- Elevación del nivel del mar de 50 a 95 centímetros.
- Eventos climáticos más extremos.
- Desertificación.
- Periodo más cálido en últimos 10 mil años.
- Aparición de enfermedades: dengue, malaria.
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