26/10/06

COREA DEL NORTE

Una nueva amenaza para el
orden establecido por EE.UU.

Un peligro para el equilibrio estratégico en el mundo
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Guido Sánchez Santur
Sasagui35@gmail.com


La semana pasada la política internacional tuvo un nuevo remezón, pero no por la acción terrorista; sino a causa de un desafío al orden mundial y, como tal, al propio Estados Unidos que por una serie de razones, que a continuación se detallan, siente una amenaza a su hegemonía, después que Corea del Norte concretó su primera prueba nuclear subterránea, a pesar de las advertencias internacionales para que desistiera de ese propósito.
La agencia de noticias estatal de ese país, KCNA, destacó que la prueba fue exitosa, y la calificó como un “evento histórico que trajo felicidad a nuestras milicias y a nuestro pueblo". Precisó que en el ensayo se usó tecnología local en un 100% y que no produjo radiaciones.
La condena internacional no se hizo esperar. Y tras varios días de presiones por parte de los Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidades adoptó la Resolución 1718, mediante la que se determinó la aplicación de “sanciones comerciales y económicas”.
El embajador de Corea del Norte, Gil Yon Pak, abandonó la sesión tras la aprobación de la medida, luego declaró que si EE.UU. persiste en las presiones será interpretado como “una declaratoria de guerra”.
LECTURA DE LAS REACCIONES
Previamente, las reacciones se escucharon en todas partes del mundo, en primer lugar los líderes políticos de Corea del Sur y Asia emprendieron reuniones de emergencia con asesores en materia de seguridad.
Luego, el Presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, anunció que responderá severamente a la acción de su vecino. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, calificó ese ensayo nuclear como "imperdonable". China la denominó un "acto descarado" que ignora la oposición de la comunidad internacional, e instó a que ponga fin a cualquier acto que empeore la situación.
El Reino Unido calificó la prueba como una acción altamente provocativa, mientras que el primer ministro de Australia, John Howard, demandó a la ONU que actúe contra de Corea del Norte.
Mientras tanto, como es evidente, Estados Unidos pidió que Pyongyang se abstenga de cualquier tipo de acción agravante de las tensiones e invocó al Consejo de Seguridad de la ONU tomar medidasinmediatas.
Sin embargo, China demandó a los demás países que reaccionen con calma y Rusia exigió a Corea del Norte que regrese y respete de inmediato el tratado de No Proliferación Nuclear.
Esas declaraciones de los líderes de los diversos países están revestidas de un lenguaje diplomático que esconde las verdaderas intenciones: severidad o condescendencia con el acusado.
China y Rusia tienen sus propios intereses y, detrás de sus reacciones, ocultan su respaldo al presidente norcoreano Pyongyang, a quien consideran un aliado cercano.
Los dos países coinciden en sus mensajes, desde un principio recomendaron la "aplicación de medidas constructivas", que en la práctica significa acciones no condenatorias. Consiguieron lo que esperaban: que Norcorea no sea castigada militarmente, solo con algunos embargos que finalmente no presionarán suficientemente porque podrían no ser respetados y son difíciles de vigilar. De este modo, en las negociaciones que se llevaron a cabo en el Consejo de Seguridad de la ONU, ambos representantes trataron de bajar el tono a las sanciones, alegando que podría llevar a una "guerra de provocaciones". "China insta seriamente a los países implicados a que adopten una actitud responsable y prudente sobre este asunto y se abstengan de tomar pasos provocativos que aumenten la tensión", dijo el embajador chino Wang Guangya, luego de que la resolución fuese aprobada.
AMENAZA AL MÁS PODEROSO
Las preocupaciones de Estados Unidos no son gratuitas, puesto que los países de la región, particularmente Japón y Corea del Sur, se verán obligados a adquirir más armamento, sin descartar el de tipo nuclear, lo cual podría desencadenar, con efecto dominó, que todos los Estados cercanos hagan lo propio. Esto podría conducir a una serie de conflictos debido a las diferencias subsistentes entre los países de la región.
Este panorama será un pretexto para que el grupo más extremista del Japón quiera romper el esquema impuesto por EE.UU. (de no adquirir armamento a gran escala).
El gran temor de George W. Bush es que Japón se rearme, en la medida que tiene todas las posibilidades gracias a sus enormes ingresos fiscales, entre los más altos del planeta. Si EE.UU. se opone a este propósito, ese país asiático podría convertirse en su opositor porque el pueblo nipón castigaría al partido político que no lo haga.
Este momento histórico es difícil para Estados Unidos al no contar con tropas disponibles, ya que las tiene ocupadas en Irak y Afganistán, y Corea del Norte e Irán lo saben. A ello se suma que el pueblo norteamericano apoya cada vez menos la gestión de Bush en el exterior. A su vez, es probable que los republicanos pierdan y ganen los demócratas en las próximas elecciones, con lo cual el Parlamento atará las manos a Bush.
Este nuevo orden que se avizora aumenta la probabilidad de que Norcorea venda tecnología nuclear o armas nucleares a otros Estados, y sus vectores (cohetes y misiles) más peligrosos a alguna organización terrorista, que podría atacar a EE.UU. o a sus aliados.
Entretanto, las sanciones contra a Corea del Norte, no tendrían efecto significativo debido a que gran parte de éstas ya fueron determinadas e implementadas, y porque la mayoría de los productos son proporcionados por China, país que, como se indicó, podría no respetar la medida de fuerza, porque entre otras razones, no desea padecer de una crisis humanitaria en sus fronteras. Y tampoco Rusia.
Esta probable actitud rusa se sustenta, por ejemplo, en que la explosión tuvo una equivalencia de menos de mil toneladas de dinamita (un kilotón), pero Rusia exagera (porque apoya a Norcorea) al afirmar que fue de entre 5 y 15 kilotones, y eso le conviene porque así impulsa la salida o el debilitamiento de Estados Unidos en esa estratégica región.
Las autoridades estadounidenses son conscientes de este, nuevo contexto que se aproxima, por eso, exigieron que las medidas contra Norcorea sean las más radicales y severas. Pero EE.UU. por su propia cuenta toma las suyas, está amenazando con sancionar a varias empresas internacionales que estarían vendiendo insumos para fabricar armas nucleares y sus vectores a determinados países, como Corea del Norte e Irán.
De esta manera, el Tío Sam, a pesar de poseer miles de cabezas nucleares, no solo quiere impedir que Norcorea tenga una sola, sino también que, además de ese país, otros pretendan seguir el "mal ejemplo", considerando que cada vez es menos difícil construir armas atómicas. La mira apunta, en primera instancia, contra Irán. Es así que resulta curioso que este país haya condenado la actitud de Norcorea, siendo uno de los más interesados en desarrollar armas nucleares. Su mensaje político fue claro: nosotros estamos trabajando con la tecnología nuclear solo para fines civiles, no militares.
Como ya lo esbozamos al principio, este hecho pone a prueba al orden mundial, es decir ¿Qué tan poderoso es Estados Unidos? ¿Realmente es capaz de doblegar a las demás potencias? Como ya se evidencia, su poderío solo le permite atenuarlas, con lo cual demuestra que esa gran superpotencia no lo es tanto.
Esta hipótesis tiene parte de sustento en el creciente poder de China y en la capacidad militar de Rusia, que además experimenta enormes ingresos por las exportaciones de petróleo, cuyos precios están muy elevados.
En septiembre de 2005, Corea del Norte acepta renunciar a sus actividades nucleares, pero, al día siguiente, señala que no lo hará a menos que obtenga un reactor nuclear. En represalia, EE.UU. impone sanciones económicas a los negocios norcoreanos.
En julio de 2006, Norcorea prueba siete misiles, y en represalia el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidad le impone sanciones. Pese a ello, a principios de este mes, logra su objetivo: la prueba nuclear, con lo cual demuestra al mundo, y particularmente a EE.UU. y sus aliados de la región, que su capacidad destructiva se ha incrementado drásticamente.
INDICIOS DE LAS PRUEBAS
Según los últimos informes del US Geological Survey, la explosión se registró específicamente en la localidad de Gilju, provincia de Hamgyong y llegó a 4,2 grados de magnitud en la escala deRitcher. La prueba fue confirmada por fuentes militares en Rusia y el movimiento telúrico también lo registraron sismógrafos en Australia. Corea del Norte había anunciado dos semanas antes que realizaría una prueba nuclear debido a lo que denominó la hostilidad estadounidense hacia ese país.
El sábado 14 de octubre último, Washington hizo público un informe de sus servicios de inteligencia, que aseguraban haber detectado indicios de radioactividad en Hwadaeri (norte), cerca de la zona de la prueba nuclear norcoreana.
No obstante, Tokio consideró que la veracidad del ensayo aún no está demostrada. El informe estadounidense fue contradicho en París por el Comisariado de la Energía Atómica (CEA), que no detectó por el momento partículas radiactivas en la atmósfera que confirmen un ensayo atómico.
La resolución del Consejo de Seguridad ocurrió un día después de que el surcoreano Ban Ki-Moon fuera electo como octavo secretario general de la ONU, en sucesión del ghanés Kofi Annan.

EL DATO

En septiembre de 2005, Corea del Norte acepta renunciar a sus actividades nucleares, pero, al día siguiente, señala que no lo hará a menos que obtenga un reactor nuclear. En represalia, EE.UU. impone sanciones económicas a los negocios norcoreanos.En julio de 2006, Norcorea prueba siete misiles, y en represalia el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidad le impone sanciones. Pese a ello, a principios de este mes, logra su objetivo: la prueba nuclear, con lo cual demuestra al mundo, y particularmente a EE.UU. y sus aliados de la región, que su capacidad destructiva se ha incrementado drásticamente

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