26/10/06

MIGRANTES

La fuerza de los migrantes
• Su dinero dinamiza economía en los países emergentes

Por: Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
Son cientos las personas que buscan un mejor futuro migrando a países desarrollados o de economías sólidas que les aseguran un empleo y salario en dólares. Esto les obliga a ingeniárselas para conseguir una visa o simplemente ingresar como ilegales.
Una vez establecidas, estas personas envían remesas o parte de sus ahorros a sus familiares (esposa, hijos, padres o hermanos) que están en sus países de origen, dinero que es usado en la mejora de sus viviendas, compras de nuevos inmuebles, estudios, etc.
En algunos países, estas sumas remitidas son tan importantes que se han convertido en el rubro principal de su economía, como El Salvador, donde determinaron la elección de un presidente. En el Perú, el Gobierno del presidente Alejandro Toledo lanzó un programa de acceso a las viviendas para quienes tienen familiares trabajando en el extranjero y que regularmente les remiten sus ahorros.
Esto implica que as remesas no solo tienen un impacto positivo en las familias que los reciben porque mejoran su calidad de vida, sino también en la economía del país en el que viven.
Un estudio de la consultora Bendixen & Associates para el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que con la mayoría de las remesas se cubren gastos de alimento, vestimenta y vivienda, mientras que un porcentaje pequeño se vuelca a la inversión y gastos de educación.
El BID junto a instituciones financieras y gobiernos, trabaja la posibilidad de reducir el alto costo de los envíos -que oscila entre el 5% y el 20%-; así como la introducción de las remesas en el sistema bancario tradicional, dado que la mayoría de las transferencias son a través de agencias de envío independientes.La idea es que las remesas se transformen en un poderoso instrumento del microcrédito que brinde a las familias que las reciben no sólo lo necesario para sobrevivir, sino también la posibilidad de acceder a la educación, comprar una vivienda o iniciar un negocio propio.
TENDENCIA A CRECER
Estos montos crecen paulatinamente. El año pasado al Perú llegaron 1,360 millones de dólares, mientras que este año el Fomin estima que superará los 2,495 millones de dólares, cifra que representa el 3.5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). El 59 por ciento de ese monto viene de manera formal (1,472 millones de dólares), es decir, a través de un banco o compañías de remesas; mientras que el 41 por ciento restante (1,023 millones) se ejecuta de manera informal, vía correo, courrier o mediante viajeros.
Los índices más altos de receptores de remesas se ubican en Huancayo (17 por ciento), Lima (16 por ciento), Piura (14 por ciento), Arequipa (8 por ciento) y Cusco (7 por ciento).
En el Perú el promedio de cada remesa es de 166 dólares y el 74 por ciento se envía una vez al mes, mientras que el 15 por ciento cada dos o tres meses. El envío promedio de las remesas es de nueve veces al año.El 51 por ciento de quienes reciben remesas tienen planes de abrir su propio negocio, mientras que sólo el 10 por ciento tiene una hipoteca o un préstamo bancario para financiar la adquisición de su casa.
El 49 por ciento de las personas que envían remesas viven en Estados Unidos, el 26 por ciento en Europa, el 18 por ciento en Latinoamérica, el 3 por ciento en Japón y el 4 por ciento en otros países.
CIFRAS LATINOAMERICANAS
En los próximos 10 años se estima que la región latinoamericana recibirá más de 300 mil millones de dólares por concepto de remesas, de los que el 80% irán a México, Centroamérica y el Caribe. El 2004 fue de 45 mil millones y se espera que este año cierre con 55 mil millones de dólares.En 2002, los trabajadores latinoamericanos y caribeños enviaron 38 mil millones en remesas. Los expertos creen que el flujo de remesas podría ascender a 150 mil millones al año hacia esta región.
Dos tercios de los 25 millones de latinoamericanos que viven en el exterior envían periódicamente dinero a sus familiares en sus países de origen. Según el BID, en 2004, las remesas recibidas por América Latina y el Caribe fueron de 18,42% mayores que el año anterior y ascendieron a 45 mil 800 millones de dólares y este año se espera que sean de 55 mil millones de dólares.El impacto en las economías nacionales son bastante significativas.
En países como El Salvador, los ingresos de divisas procedentes de los emigrantes ascendieron en 1999 a mil 600 millones de dólares, es decir un 13% de su PIB y veinte veces el valor total de las exportaciones agropecuarias.
En México el 75% de las remesas se concentra en 100 municipios, destacando su importancia en estados como Guanajuato, Zacatecas y Michoacán. En muchos de estos municipios, la actividad económica gira en torno al efecto multiplicador vía consumo de estas remesas. El promedio por familia es de 250 dólares mensuales y el 85% de se destina al consumo de las familias receptoras.
IMPACTO EN LA ECONOMÍA
El ex presidente del BID, Miguel Iglesias, precisó que la falta de oportunidades económicas y sociales para los jóvenes y los diferenciales salariales, aunados al impacto de las reformas estructurales sobre los precios relativos del capital y la mano de obra estimulan las corrientes migratorias.
Esto influyó para que América Latina y el Caribe se conviertan en una región económica exportadora de recursos humanos e importadora de las remesas familiares. Parte de los ingresos de los trabajadores en sus países de origen se han transformado en una fuente de capital crítica para las economías familiares y la economía en su conjunto.
Añade que las remesas constituyen una expresión del vínculo entre los emigrados y sus ciudades de origen, y son un medio para el desarrollo, ya que las mismas ofrecen una importante fuente de recursos de capital predecibles tanto para los gobiernos como de las familias, por su impacto en el mantenimiento de los niveles de bienestar de los hogares receptores.
COSTOSAS TRANSFERENCIAS
Pese a los significativos montos de las remesas, los costos de las transferencias y las recepciones son elevados por el escaso número de firmas que ofrecen el servicio en el mercado. Se sabe que un 70% de las remesas se dirige a localidades con escasa o nula presencia de instituciones de banca.
En este sentido, las instituciones de microfinanzas que operan en áreas geográficas y nichos de mercado donde rara vez incursionan instituciones bancarias se perfilan como intermediarios naturales entre los ahorradores y destinatarios de los fondos.
La banca comercial comienza a mostrar interés por participar en este mercado, lo cual supone el reto de transformar el negocio de transferencia en uno de intermediación y servicios financieros integrales para la comunidad receptora.
El BID estudia la posibilidad de promover redes de emigrantes en una participación activa en el desarrollo económico de sus comunidades de origen. Se trata de centrarse en movilizar el capital ahorrado por los emigrantes de mayores ingresos, buscando su participación en mecanismos financieros o su asociación con socios locales en inversiones productivas.
La banca de Latinoamérica está cada vez más interesada en el jugoso mercado de las remesas y evalúa nuevos servicios para captar una mayor tajada de los 50 mil millones de dólares transferidos anualmente a la región.
Juan Antonio Niño, presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), comenta que algunas instituciones financieras intentan "darle a las remesas familiares usos distintos a lo que es únicamente el consumo y la subsistencia".Uno de los primeros objetivos es reducir al mínimo los costos de las transferencias, realizar un envío más rápido y directo a los destinatarios y diseñar productos bancarios "productivos".
"Reducir y buscar nuevos medios de pagos, incluyendo los electrónicos, y una vez que esto sea de manera recurrente, continuar como lo han hecho algunos bancos en Ecuador, Perú y México, que han tratado de buscarle a las remesas familiares usos distintos", precisó.
En Ecuador, un banco identificó a un gran número de ecuatorianos viviendo en España y desarrolló canales de comercialización para que cuando envíen el dinero a sus familiares tengan varios productos bancarios que "le sirvan de abono mensual de un préstamo, de una tarjeta de crédito, de una residencia, de un vehículo"."Ya hay pioneros, pero la gran banca tiene que despertar y entrarle con mucho dinamismo y vigor a este negocio de las remesas y de la microfinanzas. Esto es lo que veremos en las próximas décadas", manifestó.
La ventaja de los bancos frente a las empresas dedicadas a girar dinero es que los primeros tienen herramientas para convertir a una persona en un cliente permanente, porque las segundas sólo envían el dinero a un punto geográfico, pero ello demanda la reducción de costos.
FUERZA LABORAL
Mariana Martínez, columnista de BBC Mundo, sostiene que los inmigrantes no solo contribuyen con las economías de sus países de origen (son una importante fuente de recursos) a través del envío de remesas, sino también con los Estados que los reciben al formar parte de su fuerza laboral.
La Comisión Global para la Inmigración Internacional de las Naciones Unidas (ONU) asegura que el trabajo de los inmigrantes, calificados y no calificados, es uno de los motores del crecimiento de la economía de los países que los reciben. Un informe de la ONU precisa que entre 185 y 192 millones de personas -o el 3,3% de la población mundial- viven fuera del país en el que nacieron, de los cuales, el 48% son mujeres. Esto indica que una de cada 35 personas en el mundo es inmigrante. Europa es la región que más migrantes capta, seguida por Asia, América del Norte y Africa. Siendo Estados Unidos, el país que más inmigrantes recibe (35 millones, que representan el 20% del total).
El 63% de los inmigrantes viven en países industrializados y el 37% restante en naciones en vías de desarrollo, formando parte de su fuerza laboral. Según el informe de la ONU, hay evidencias de que los inmigrantes hacen el trabajo denominado "sucio", difícil y peligroso -limpieza, recolección de basura, agricultura, etc.-, tareas que los ciudadanos de los países receptores no quieren realizar, por lo que contribuyen en buena medida con el crecimiento económico de estas naciones.
Contrariamente a lo que se tiende a pensar, los inmigrantes en general no contribuyen a bajar los salarios en los países receptores ni restan fondos públicos destinados al bienestar de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, si la migración alivia el desempleo, ese fenómeno es pasajero, ya que no soluciona los problemas estructurales de fondo.
Si los que emigran son trabajadores calificados, se produce la denominada "fuga de cerebros o talentos", es decir, el país de origen pierde gente pensante, mientras que el receptor la gana, impulsando el crecimiento de su economía. Y como los inmigrantes son una masa laboral con fuerza, capaz de cambiar el rumbo de la economía mundial, es vital incluir el tema migratorio dentro de las agendas de desarrollo de los países, priorizando el respeto de los derechos humanos y la calidad de vida del que emigra. Esta es una materia pendiente en América Latina.

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