Caos en los institutos superiores
Los especialistas, las autoridades del Gobierno y los políticos en reiteradas oportunidades han puesto la mira en la educación técnica o superior no universitaria, como una de las salidas para generar mano de obra capacitada en corto plazo, como una forma de combatir la pobreza.Sin embargo, si miramos a los institutos superiores públicos, nos topamos con una caótica y preocupante realidad: la enseñanza es más que deprimente debido a la carencia de capacitación de la mayoría de los docentes; algunos, inclusive, ocupan plazas sin tener la especialidad en detrimento de la formación de los jóvenes estudiantes. Lo peor es el clima conflictivo que se vive entre los mismos docentes quienes manipulan a los alumnos para lograr sus objetivos.
Son innumerables los expedientes que obran en la Dirección Regional de Educación a raíz de las denuncias entre docentes, ataques de los que no escapa la dirección, si es que ésta no es la que origina los problemas. A veces estos casos llegan hasta el Poder Judicial debido a que las autoridades superiores muestran parcialidad o favoritismo al momento de emitir su resolución, ya sea por amistad o tinte político.
Las noticias periodísticas han dado cuenta de los continuos enfrentamientos en distintas oportunidades. Si no, recordemos al instituto Ciro Alegría de Chepén, donde inclusive le mutilaron el dedo a una docente cuando intentó ingresar al local, tras ser repuesta por la Drell.
• DE MAL EN PEOR
Un caso aparte y que merece una especial atención de las autoridades educativas es el Instituto Superior Tecnológico Estatal Trujillo (Iste), fundado el 4 de noviembre de 1979 como Escuela Superior de Educación Profesional Trujillo (para los alumnos que terminaban el tercer año de educación secundaria).
Su historia de conflictos tiene su antecedente en 1987 cuando un grupo de alumnos azuzados por algunos profesores tomaron el local. Esos años la plana docente era contratada, pero el Gobierno de Alan García dispuso su nombramiento, el resultado es que ahora hay varios docentes que laboran sin reunir el perfil profesional.
En 1998 asume la dirección Oscar Ricardo Dios Carranza hasta este año en que fue sancionado, tras las constantes denuncias por parte de un grupo de docentes. Lo más grave es que en estas luchas intestinas, los alumnos son manipulados y chantajeados con las notas para apoyar a los bandos en conflicto.
En esta institución, la reasignación y el nombramiento como docentes a profesionales que no reúnen los requisitos o el perfil profesional es común. Tenemos el caso de un ingeniero agrónomo como jefe de Formación General, sin que exista esta especialidad en la institución. La norma dice que este cargo debe tenerlo un profesor de carrera. Como él, un economista enseña Computación e Informática; mientras que una egresada de Ciencias Sociales y Educación Física dicta clases en Secretariado Ejecutivo.
Otro caso singular es el nombramiento de un docente para la especialidad de inglés, pese a que en un concurso de la Drell postuló para el nivel de educación secundaria (debería ser a superior), quien fue reasignado desde Santiago de Chuco y San Pedro de Lloc. Además hay tres profesores de Matemática, cuando sólo se necesitan dos, con lo cual han disminuido las horas asignadas a cada uno.
Asimismo, la reasignación de una profesora de Educación Primaria como encargada de la sub dirección de la nocturna, luego de haber sido sancionada como directora en un instituto local. Un docente de Arte desarrolla la asignatura de Arqueología, quien durante algunas semanas ocupó la jefatura de Guía Oficial de Turismo y Relaciones Públicas.
A su vez, varios profesores, en el mismo horario de clases que les corresponde en el Iste, también trabajan en otras instituciones, interfiriendo con su labor principal, para lo cual obligan a asistir a los alumnos fuera del horario regular.
Son frecuentes las denuncias administrativas y judiciales entre docentes, alumnos y el director, llegando en ocasiones hasta el enfrentamiento verbal sin importarles la imagen que presentan ante los alumnos. Esto revela que se trata de una institución caracterizada por su ingobernabilidad, generada por personas que actúan guiadas por intereses personales, donde los principales perjudicados son los alumnos.
Esto genera grupos intestinos de docentes y alumnos en una constante lucha de poder que solo conlleva a la desestabilización de la institución, creando un clima de desorganización, con ruptura de relaciones humanas y una fuerte resistencia al cambio, que tiene sus raíces en la misma dirección.
Otra situación irregular es la negativa de la convocatoria a concurso interno y externo para cubrir las plazas de directivos y jerárquicos, lo cual da lugar a las encargaturas antojadizas, responsabilidades que, en a veces recaen en personas incompetentes, lo cual agrava estos enfrentamientos.
Conforme a la normatividad vigente, el Iste debe dictar clases en dos turnos, sin embargo funcionan tres turnos. Esto genera el recorte del horario de clases en perjuicio de los alumnos. Por ejemplo, el primer turno empieza a las 7 de la mañana hasta las 12.10 de la tarde; luego, de 12.40 a 5.50 de la tarde, y de 6 de la tarde hasta las 9.55 de la noche. Este último bloque solo estudia cinco horas, lo cual obliga a que los estudiantes asistan los sábados, afectando a quienes trabajan o estudian otra carrera, originado la deserción de estudiantes.
Como si fuera poco los horarios no se cumplen y estos de modifican al antojo de los docentes, e inclusive hay casos de profesores que toman exámenes de recuperación sin que hayan entregado los registros del semestre concluido.
En el colmo de las incoherencias, a la fecha, la jefatura de Guía Oficial de Turismo y Relaciones Públicas está en manos de un docente que no tiene la formación académica en ninguna de las dos carreras, pese a que las normas establecen lo contrario.
CONFLICTOS FRECUENTES
Esta situación facilita los desórdenes y el caos en el Iste Trujillo. En 1987 se registró una toma de local por parte de los estudiantes, azuzados por algunos profesores, que aún sigue dictando clases y ahora, aunque no aparecen visiblemente, están detrás de los recientes conflictos.
El miércoles 7 de noviembre, un reducido grupo de alumnos tomaron el local del instituto, con el respaldo tácito de algunos docentes. Lo curioso es que pese a tratarse de pocos jóvenes las autoridades en ejercicio de esta institución, como la directora encargada Elena Hidalgo Cava, no hacen nada por recuperar los ambientes en salvaguarda de la tranquilidad de la mayoría de alumnos que desean continuar con sus clases.
Ni siquiera el director regional de Educación, Juan Ortega Choz, hace prevalecer sus atribuciones. Sólo atinó a decir que recién tomará una decisión cuando la Comisión Interventora tenga los resultados de su investigación. Estas indagaciones van por el lado de las múltiples denuncias y acusaciones que se ventilan en su despacho, aunque algunos expedientes ni siquiera los revisan porque no les conviene. Muy distinto es la toma del local que a todas luces, con o sin razón, constituye una grave falta, o quizá un delito porque están atentando contra el normal desarrollo de las clases y el cierre de la sede de una institución pública.
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